Según declaró el joven, durante su retención fue objeto de maltratos físicos y psicológicos con el fin de obtener una confesión o información relacionada al paradero del menor, pese a que asegura no tener conocimiento alguno sobre el hecho.
“Ellos me dieron hasta mi galleta, para que yo hablara de una cosa que uno no sabe. Me dieron donde quiera, me echaron agua en la nariz para que hablara sobre algo que yo desconozco totalmente,” manifestó Kelvin.
Según su relato, Kelvin se encontraba dentro de su casa utilizando el celular y al escuchar que el padre menor preguntó sobre la ubicación del niño, se inició de inmediato con la búsqueda.
Hasta el momento, el paradero del niño Roldany Calderón sigue siendo desconocido, mientras continúan las labores de búsqueda por parte de organismos de socorro, cuerpos policiales y residentes de la zona.