El dominicano Fernando Tatis Jr. ya está brillando en las Grandes Ligas con el bate encendido y el guante de oro, pero su próximo meta tiene un sabor muy especial: representar a la República Dominicana en el Clásico Mundial de Béisbol 2026.
El estelar jardinero derecho de los Padres de San Diego reveló este lunes que tiene grandes esperanzas de vestir por primera vez el uniforme tricolor en el mayor escenario del béisbol internacional.
“Todavía no es oficial, pero las conversaciones van por buen camino”, comentó Tatis a The Athletic, poco después de firmar una noche de dos cuadrangulares en la victoria 10-4 de los Padres sobre los Cachorros. «Lo más importante es mantenerme saludable esta temporada. Todo a su tiempo».
Nacido en San Pedro de Macorís, Tatis Jr. dejó claro que jugar con la selección nacional ha sido siempre un sueño, solo superado por uno más grande.
“Eso está ahí, justo detrás de ganar una Serie Mundial”, dijo con una sonrisa. “Representar a mi país, compartir el terreno con otros dominicanos, eso es algo que uno sueña desde niño”.
En la edición 2023 del Clásico Mundial, Tatis no pudo participar debido a una suspensión de 80 juegos por el uso de una sustancia prohibida. Pero asegura que ese momento solo se ha postergado.
“Todo el mundo sabe lo que pasó”, dijo con sinceridad. “Mi debut se movió en el calendario, eso es todo”.
Desde su regreso al diamante en abril de 2023, Tatis se ha enfrentado a algunos retos físicos, como una molestia por estrés en la pierna derecha, pero también ha vuelto a mostrar su clase. Ganó un Guante de Platino y ha sido una chispa ofensiva en este 2025, con promedio de .361, seis jonrones y seis bases robadas en apenas 16 juegos. Los Padres están intratables con récord de 14-3, incluyendo una marca perfecta en casa (11-0).
La conexión con el Clásico viene de familia. En 2009, su padre, Fernando Tatis Sr., fue parte del equipo dominicano como jugador. Su hijo, entonces un niño de 10 años, vivió esa experiencia de cerca en Puerto Rico, codeándose con figuras como David Ortiz y Miguel Tejada.
“Estar en ese ambiente, ver cómo jugaban, cómo se disfrutaban… fue mágico”, recuerda. “Ese tipo de cosas te marca, te inspira”.
