LeBron James falló en los minutos finales y ahora los Lakers tienen que ganar tres al hilo
Los Angeles Lakers están a una derrota de comenzar sus vacaciones, pues la derrota de este domingo por 116-113 ante los Minnesota Timberwolves dejó al equipo de Luka Doncic y LeBron James contra la pared, abajo 3-1 en la primera ronda de los playoffs.
Fue un partido vibrante, de esos que se sienten como una batalla a cada posesión. Los Lakers, conscientes de lo que se jugaban, recurrieron a su mejor quinteto —Doncic, LeBron, Austin Reaves, Rui Hachimura y Dorian Finney-Smith— y no rotaron más en toda la segunda mitad.
Un riesgo brutal de su entrenador JJ Redick que, a la larga, les pasó factura.
Minnesota, mientras tanto, no dio tregua. Anthony Edwards brilló con luz propia al anotar 43 puntos, incluyendo 16 en un último cuarto que dejó a los angelinos sin respuestas. Julius Randle (25 puntos) y Jaden McDaniels (16) también fueron vitales en la ofensiva feroz de los Wolves.
Doncic, completamente recuperado de los problemas estomacales que lo afectaron en el tercer partido, jugó 46 minutos de pura intensidad. Sumó 38 puntos, aunque solo logró un rebote y 2 asistencias. LeBron James también estuvo 46 minutos en cancha con 27 puntos, 9 rebotes y 12 asistencias. Aun así, no fue suficiente.
Cierre de infarto y un nuevo 3-1 para LeBron James
El inicio fue prometedor para los Lakers. Con un parcial de 12 puntos de ventaja en el primer cuarto, parecía que tomarían el control. Doncic y LeBron se combinaron para 43 puntos en la primera mitad, algo que el equipo no conseguía en playoffs desde los tiempos de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal.
Sin embargo, la falta de apoyo de los jugadores de rol pesó demasiado. Solo Hachimura, con 23 puntos, logró sostener el nivel. Reaves, apagado en la primera parte, resurgió brevemente en el tercer cuarto, donde los Lakers firmaron un parcial de 0-14 que les devolvió la esperanza.
El esfuerzo titánico pasó factura. En el cuarto periodo, Edwards desató su arsenal ofensivo, y los Lakers mostraron señales claras de agotamiento. Aun así, tras un triple de Reaves y otro de Finney-Smith, se pusieron 113-111 con 1:29 por jugar.
Ver esta publicación en Instagram
Fue su último aliento. McDaniels respondió con un ‘dos más uno’, James perdió un balón clave y cometió una falta sobre Edwards, sentenciando el partido. Un triple desesperado de Reaves en el último segundo no encontró red, y los Timberwolves celebraron un triunfo que los deja a un paso de eliminar a uno de los favoritos del Oeste.
El quinto juego será en Los Ángeles el miércoles. Para los Lakers, ya no hay margen de error.
Para LeBron James, por su parte, se trata de un nuevo 3-1 en contra, como en las finales de la NBA contra Golden State Warriors en 2016.